Extracto de una nota aparecida en ELESPECTADOR.COM –CULTURA-, el 24 de mayo de 2008.
“Mi causa no es la sangre humana”
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Lo acompaña su hermano Aníbal, uno de sus más leales escuderos. Detrás de ellos, un grupo de voluntarias de la Sociedad Protectora de Animales conduce a una docena y media de perros,…
[Vallejo]… resume algunas de las asombrosas semejanzas entre animales y humanos. “Entonces ¿qué nos diferencia? La palabra, que, por lo general, usamos para mentir. Vacas, perros, cerdos y caballos, como nosotros, tienen dos ojos, dos fosas nasales, dos hileras de dientes, sangre roja y un sistema nervioso para sentir hambre, sed, terror. Pero los masacramos sin que nos importe un comino. Los animales son nuestro prójimo, nuestros hermanos”.
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