sábado, 10 de enero de 2009

Da Vinci y sus inventos

Ingenio para eliminar ranas de los barriles de agua para beber

Sabemos, porque ya se lo dicho y escrito hasta el hartazgo –incluso en este blog–, que entre las pasiones de Leonardo da Vinci (1452-1519) se contaban el gusto por la comida y los artificios.

Así, ideó numerosos ingenios para las cocinas; algunos realmente complicados y que cayeron en el olvido –excepto como curiosidades– y otros más simples, como el sacacorchos, la prensa para ajos, el molinillo, el asador giratorio (todos muy parecidos a los que usamos en la actualidad), la máquina para hacer spaghetti, e incluso las servilletas (para que los invitados a la mesa no se limpiaran las manos en los manteles…).

Se dice también que inventó el tenedor de 3 dientes, para que los comensales pudieran enroscar los spaghetti; y puede ser cierto que Leonardo haya ideado ese tipo de tenedor –pues tal vez en Italia no se conocía–, pero no es verdad que no existía, pues Enrique de Villena (1384?-1434), en Arte Cisoria describe y dibuja un tridente, al que llama broca, más de un siglo antes de que naciera Leonardo.

Pero de todos los inventos de Leonardo relacionados con las cocinas, hay uno que me hace especial gracia y es el ingenio para eliminar las ranas de los barriles de agua para beber.

Aunque no tengo nada en contra de las pobres ranitas –antes bien, me resultan muy simpáticas– comprendo que se pretendiera desalojarlas de los recipientes de agua para consumo, por razones más o menos higiénicas (claro que si lográramos imaginar la época en que vivió Leonardo, fácil sería imaginar también que, quien más, quien menos, todos vivían en medio de la mugre); pero lo que me hace gracia es la forma de la trampa.

Este es el artificio ideado por Leonardo:
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Supuestamente, funciona así:

Hay que esperar a que la rana salte sobre el cebo y quede ubicada con la cabeza justo debajo del lugar donde golpea el mazo, para luego pegarle hasta desmayarla (y matarla, y comérsela, supongo).

Sospecho que este aparatito lo habrá pensado como una broma, ya que Leonardo puede haber sido cualquier cosa excepto tonto.

Pero la cuestión es que la trampa para eliminar ranas me recuerda cierto método infalible para matar langostas, cuyos detalles (los que llegaron a mi conocimiento) paso a describir.

MÉTODO INFALIBLE PARA MATAR LANGOSTAS

El hecho parece que sucedió en la primera mitad del siglo XX, posiblemente entre los ’30 y los ’40: los EE.UU. fueron azotados por una plaga de langostas y los granjeros estaban desesperados.

Entonces apareció en los diarios un aviso que decía algo así:

Método infalible para matar langostas.
Envíe por correo un giro de un dólar a ...
(una dirección)
y le remitiré el aparato y las instrucciones de uso.

Calculo que quien ideó el sistema habrá esperado a recibir muchos giros de un dólar antes de comenzar los envíos, porque el ‘mecanismo’ consistía en dos tablillas de madera unidas por una bisagra articulada, muy parecido a este dibujito:
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Y las instrucciones eran más o menos así:
Abra la pinza,
coloque en medio una o dos langostas
y presione fuertemente...

Por supuesto, se armó gran escándalo... (y luego quedó en la nada).

Dicho sea de paso, este método es muy parecido al prensa-ajos ideado por Leonardo, que todavía usamos.

Sin embargo, me permito señalar que, a mi entender, estos inventos de Leonardo eran superfluos (y siguen siéndolo) y también era innecesaria la pinza mata-langostas (aunque no lo fue para su inventor, que con astucia le sacó provecho), pues desde tiempos inmemoriales existen los morteros, y con ellos se pueden apachurrar ajos, langostas, ranas, y casi cualquier cosa que quepa dentro del vaso.

Así que ahora que le di la idea (y conste que es de obsequio), cada vez que vaya a comprar aerosoles mata-mosquitos, mata-pulgas, mata-cucarachas, etc., piense que va a gastar dinero en un bien fungible y además va a contaminar el ambiente...
¡Y CÓMPRESE UN MORTERO!
...que no contamina y dura toda la vida.

(Y dispuesto a gastar, trate de conseguir uno bien grande, donde, en caso de necesidad, quepa hasta la cabeza de... bueno, usté sabrá).

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