Se trata de una tarea ímproba y además estoy convencida de que es una cruzada sin sentido, pues son demasiados los inimputables que cantan y reproducen letras de cualquier manera... pero a mí me gusta hacer quijotadas, y en eso estoy ahora.
Así que hoy me dedicaré a un texto de Borges, la “Milonga de don Jacinto Chiclana”, que como todo lo que escribió él es impecable (más allá de que pueda gustarnos o no).
Esta es otra de las milongas que forman parte de su libro Para las seis cuerdas, que ya he comentado, y tuvo idéntica suerte que algunas de sus hermanas: fue musicalizada por Ástor Piazzolla y estrenada por él y Edmundo Rivero –hasta allí, perfecto–; pero luego los cantantes y especialmente quienes transcriben su letra, que tienen veleidades de creadores, ‘recrearon’ lo que les pareció...
“–Así también se entiende, es otro mensaje posible” –me ha dicho alguno a quien le señalé sus errores.
Pues eso es una falta de respeto. No se trata de hacer las cosas con descuido y luego pretender que se les dio un nuevo sentido.
El texto de un autor debe ser respetado, y si lo modifican deben avisárselo al público.
Además, nadie puede mejorar un texto de Borges, porque los textos de Borges no tienen errores. Eso lo sabe cualquiera que lo haya leído.
En fin, un poco más abajo “pego” un archivo de audio de la “Milonga de don Jacinto Chiclana”, cantada por Edmundo Rivero, y a continuación transcribo la letra completa para que, si lo desea, pueda escucharla e ir leyéndola a la par del cantor.
Pero antes voy a señalar un error muy común en las grabaciones actuales, y también en las transcripciones que aparecen en los portales de tangos/milongas de la web; es un error que cambia por completo el sentido del texto, y a mí me molesta aun más allá de lo posible.
La milonga comienza así:
Me acuerdo. Fue en Balvanera,
en una noche lejana
que alguien dejó caer el nombre
de un tal Jacinto Chiclana.
Algo se dijo también
de una esquina y de un cuchillo;
los años nos dejan ver
el entrevero y el brillo.
Pues ¿sabe qué hacen los ‘genios’? Dicen: “los años NO dejan ver / el entrevero y el brillo”.
Y yo digo lo siguiente:
Que además del rotundo cambio de significado –pues una cosa es poder ver algo y otra cosa es no poder verlo–, ese cambio que alguno de los genios, para no admitir su ignorancia, defendió, convierte a esos dos versos en inútiles y estúpidos.
Y sostengo que esos versos así ‘recreados’ son inútiles y estúpidos, porque dicen una perogrullada.
No hace falta aclarar que los años NO dejan ver algo, porque cualquier idiota sabe que los años no dejan ver nada, que lo único que permite ver es la combinación luz-ojo-cerebro.
Pero por si alguno de los genios está leyendo, lo voy a explicar de nuevo, esta vez para tontitos:
Lo poético de esos dos versos reside en que la evocación que hace el poeta (Borges lo era) permita ver algo (una pelea) que sucedió hace años.
¿Se entiende?
La perogrullada es decir que no se puede ver algo porque han pasado años desde que sucedió.
Así que, puesto que Borges no escribía perogrulladas, si hay algún genio leyendo le sugiero que considere esto que digo y no trate de crear ‘otros mensajes’ –empobrecidos– para un texto que no los necesita, porque es perfecto.
Y ahora sí: aquí van el archivo de audio y la letra (completa) arriba prometidos, y espero sinceramente que los disfrute (que, al fin, para eso los divulgo).
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MILONGA DE JACINTO CHICLANA
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Me acuerdo. Fue en Balvanera,
en una noche lejana
que alguien dejó caer el nombre
de un tal Jacinto Chiclana.
Algo se dijo también
de una esquina y de un cuchillo;
los años nos dejan ver
el entrevero y el brillo.
Quién sabe por qué razón
me anda buscando ese nombre;
me gustaría saber
cómo habrá sido aquel hombre.
Alto lo veo y cabal,
con el alma comedida,
capaz de no alzar la voz
y de jugarse la vida.
Nadie con paso más firme
habrá pisado la tierra;
nadie habrá habido como él
en el amor y en la guerra.
Sobre la huerta y el patio
las torres de Balvanera
y aquella muerte casual
en una esquina cualquiera.
No veo los rasgos. Veo,
bajo el farol amarillo,
el choque de hombres o sombras
y esa víbora, el cuchillo.
Acaso en aquel momento
en que le entraba la herida,
pensó que a un varón le cuadra
no demorar la partida.
Sólo Dios puede saber
la laya fiel de aquel hombre;
señores, yo estoy cantando
lo que se cifra en el nombre.
Entre las cosas hay una
de la que no se arrepiente
nadie en la tierra. Esa cosa
es haber sido valiente.
Siempre el coraje es mejor,
la esperanza nunca es vana;
vaya pues esta milonga
para Jacinto Chiclana.
J. L. Borges
(Fuente: J. L. BORGES, Obras completas).
1 comentario:
Llego justo. Hoy que anduve con Borges, gauchos y ginebras, para formar parte de tu cruzada. Me gusta lo que decís de los textos de Borges. Habrá quien no guste de ellos por "complicados", y habrá algunos "artistas" que los arruine. Lo que no sé qué es mas doloroso: que los arruinen desde la pedantería de querer mejorar al maestro, o desde la ignorancia de no conocer su obra. Me temo que en realidad sucede esta segunda posibilidad...
Un saludo Viviana!
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