domingo, 28 de septiembre de 2008

No todos los ángeles son insectos: los Tronos son como Ruedas

¡Insoportable, la editora!
Quiere que yo escriba lo que ella piensa, ¡ja! (que no me haga reír que se me arruga el morro).

Mejor se lo resumo:

Parece que no todos los ángeles son insectos celestiales: algunos son como Ruedas; y las ruedas, como sabe cualquiera, no tienen alas.
(Ángeles sin alas ¡dónde se ha visto!).

El relato bíblico más detallado donde aparecen estos enigmáticos bichos es el que hace el profeta Ezequiel. Parece que eran más o menos como los del ángulo inferior derecho de la foto, que no sé quién la habrá tomado...

Esas ruedas llenas de ojos son los Tronos, los ángeles del tercer coro; al menos es lo que dice Dionisio en Las jerarquías celestes, que es uno de los textos fundacionales.

Pero como cuesta creer que eso sean ángeles, a continuación le transcribo parte de lo que dice Ezequiel (1:13-20), que es el único que los vio de cerca:

13. Entre los seres vivientes había un fuego como de brasas incandescentes, como de antorchas, que se agitaba en medio de ellos; el fuego resplandecía, y de él salían rayos. 14. Los seres vivientes iban y venían, y parecían relámpagos. 15. Yo miré a los seres vivientes, y vi que en el suelo, al lado de cada uno de ellos, había una rueda. 16. El aspecto de las ruedas era brillante como el topacio y las cuatro tenían la misma forma. En cuanto a su estructura, era como si una rueda estuviera metida dentro de otra. 17. Cuando avanzaban, podían ir en las cuatro direcciones, y no se volvían al avanzar. 18. Las cuatro ruedas tenían llantas, y yo vi que las llantas estaban llenas de ojos, en todo su alrededor. 19. Cuando los seres vivientes avanzaban, también avanzaban las ruedas al lado de ellos, y cuando los seres vivientes se elevaban por encima del suelo, también se elevaban las ruedas. 20. Ellos iban adonde los impulsaba el espíritu, y las ruedas se elevaban al mismo tiempo, porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.

(El resaltado es mío). En fin, tal vez el texto no es muy claro, pero la Biblia se caracteriza por su lenguaje abstruso, que algunos llaman alegoría.

Por supuesto, no han faltado quienes estimaron que lo que vio Ezequiel fueron ovnis. Elija usted a quién creerle.

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