México es un país con un territorio enorme, con una población de alrededor de 110 millones de habitantes; solo en la ciudad de México D.F. viven 24 millones de personas y entran y salen todos los días por distintos motivos unos 6 millones más.
Calcule usted: una ciudad con 30 millones de personas no es una ciudad, es un monstruo descomunal. Recorrerla es una tarea ardua pues el tránsito está casi todo el tiempo embotellado, de modo que el mejor medio de transporte resulta ser el subterráneo o metro, que por suerte funciona muy bien.
Un monstruo de tales características está, por supuesto, altamente contaminado y necesita buenos pulmones. La ciudad tiene grandes espacios verdes y avenidas arboladas (donde lamentablemente casi no viven pájaros –al menos, no en la zona céntrica–, pues son muy sensibles y no resisten en ese medio ambiente).
Una de esas avenidas, el Paseo de la Reforma, es un símbolo para la ciudad y es también de gran extensión. Tiene control policial, pero la policía vería dificultada su tarea de vigilancia si tratara de realizarla a pie –en automóviles sería casi imposible avanzar– así que patrulla el Paseo “motorizada”, y es esto lo que le quiero mostrar:
Estos “biciclos” no los vi en ninguna otra parte.
Son una elección inteligente para recorrer parques y avenidas a velocidad media, sin cansarse y sin agregarle contaminación a la mole de cemento y vidrio que es la ciudad de México.
Además, si el “motorman” detiene el vehículo, puede mantenerse en equilibrio, como hicieron los dos agentes al posar para mi foto.
domingo, 5 de octubre de 2008
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1 comentario:
Pasado un tiempo desde que escribí esta nota, me corrijo: esos vehículos los vi también en Florencia, donde los alquilan a los turistas, para que recorran la ciudad.
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