LOS CÓNYUGES,
unidos al yugo del matrimonio
El yugo es un instrumento de madera al cual se uncen por la cabeza o el cuello los bueyes o las mulas que forman la yunta. Como consecuencia, las dos bestias quedan unidas y deben seguir el mismo camino. La palabra viene del latín iugulum, que significa garganta –por eso se llaman yugulares las venas del cuello–.
Así surge el sentido metafórico de la palabra yugo: carga pesada, prisión, atadura; fuerza superior que sujeta y obliga a obedecer.
Por la misma razón, quienes contraen matrimonio reciben el nombre de cónyuges: son dos seres ligados al mismo yugo, de forma tal que uno no puede elegir o cambiar la ruta sin involucrar al otro. Con razón se les llama también consortes, es decir, partícipes de la misma suerte.
Así es un yugo:
Fuerte, ¿no?
Además, a los cónyuges o consortes, también se los llama esposos, y esto ha dado lugar a que, por metáfora, ya de antiguo se denomine esposas a las manillas metálicas que utiliza la yuta para sujetar a los prisioneros.
En fin, qué más podría deciros, si os habéis casado: agua y ajo.
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Comentarios de un lector
(Éste llegó por e.mail privado, pero Ud. puede dejar el suyo en el blog).
Es curioso de notar que en las parejas en formación algunas veces uno de los participantes -o ambos- se siente subyugado por el otro, estado transitorio que termina cuando la realidad le pasa por encima, al tener que compartir la coyunda (llamada también unión conyugal).
Corresponsal: A.Gudo
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